LA MARCHA DE XABI ALONSO
Escrito por ELISA MIGUEL ROJO, lunes 23 de diciembre de 2013 , 16:45 hs , en NOTICIAS

  Xabi Alonso  tras no estar  comodo  en  el  real  Madrid   SE QUIERE MARCHAR .en  el ultimo partido  se  le rompio  el  timpano.

 

                           



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  • Tania Portillo el martes 7 de octubre de 2025, 10:11 hs

    Los toros bravos en el campo en Finca La Capitana

    En el corazón de la Sierra Norte de Sevilla, donde el aire huele a encina, tierra y tradición, late un paisaje que parece detenido en el tiempo: la dehesa andaluza. Es allí donde el toro bravo vive, respira y se forja, en un equilibrio perfecto entre naturaleza y bravura. En este entorno privilegiado, la Finca La Capitana se erige como un santuario vivo donde el toro no solo es símbolo, sino también herencia y futuro.

    La dehesa sevillana: cuna de bravura y biodiversidad

    La dehesa no se explica, se siente. Es un paisaje en mosaico, donde las sombras de encinas centenarias acarician los lomos oscuros de los toros que pastan en libertad. Allí, la naturaleza ofrece al ganadero un escenario de equilibrio: suelos fértiles, pastos variados y un clima que alterna la dureza del verano con la generosidad del invierno.

    En este entorno, el toro bravo desarrolla su carácter y su fuerza. El ejercicio constante, la convivencia en grupo y la alimentación natural moldean una musculatura poderosa y una bravura genuina. No es casualidad que las ganaderías más prestigiosas de España hayan echado raíces en estas tierras. El ecosistema de la dehesa no solo define la fisiología del toro, sino también su temperamento. Aquí, cada bramido resuena como un eco antiguo de la cultura rural andaluza.

    Precisamente, es en este marco natural donde la ganaderia brava encuentra su sentido más profundo: el respeto por el animal, la conservación del entorno y la transmisión de una tradición que forma parte del alma del sur.

    Finca La Capitana: donde la tradición respira entre encinas

    En el término de El Real de la Jara, al norte de Sevilla, se extienden las más de 800 hectáreas de la Finca La Capitana. Un territorio de encinas, alcornoques y colinas suaves que parecen diseñadas para la libertad del toro bravo. Allí, el visitante descubre no solo una ganadería, sino una forma de entender la vida rural: pausada, respetuosa y profundamente ligada a la naturaleza.

    La finca acoge la prestigiosa ganadería Algarra, una de las más reconocidas del panorama nacional. Décadas de selección y cuidado han forjado un linaje de toros bravos conocidos por su trapío, su nobleza y su inconfundible bravura. Sin embargo, lo que diferencia a Finca La Capitana es su capacidad para abrir las puertas de este mundo a quienes desean conocerlo de cerca. A través de su programa Finca La Capitana Experience, la ganadería se convierte también en un destino de turismo rural sostenible.

    Las visitas guiadas permiten recorrer los parajes donde los toros viven, conocer su ciclo vital y descubrir cómo la tradición ganadera se mantiene viva en pleno siglo XXI. Los guías explican cada detalle: el comportamiento de los animales, la importancia del pastoreo controlado y el papel del toro en la conservación de la dehesa. Todo ello en un entorno donde el silencio solo lo rompe el mugido grave de los astados o el canto lejano de una cigarra.

    Toros bravos y turismo rural: una experiencia que une cultura y naturaleza

    Visitar Finca La Capitana no es solo una excursión; es una experiencia sensorial completa. Desde el instante en que el visitante cruza la cancela, se siente parte de un relato que mezcla la naturaleza, la historia y la emoción. El recorrido en todoterreno atraviesa paisajes donde los toros pastan en grupos, vigilantes pero serenos. Es un espectáculo de nobleza y fuerza en estado puro.

    El programa permite incluso presenciar un tentadero, ese rito ancestral donde se evalúa la bravura de los machos jóvenes. Es ahí donde se percibe la esencia de la ganadería: la observación, la paciencia y el respeto. Nada se improvisa, todo se mide. Porque en el campo bravo, cada decisión tiene siglos de sabiduría detrás.

    Esta propuesta turística no solo acerca al público a un mundo tradicionalmente reservado a los profesionales del campo, sino que lo hace con rigor y autenticidad. Por eso, quienes buscan vivir de cerca el alma de Andalucía encuentran en Finca La Capitana mucho más que toros: encuentran paisaje, cultura y memoria.

    En ese equilibrio entre naturaleza y bravura se encuentra la verdadera esencia de los toros en el campo. Un espacio donde el respeto al animal y la sostenibilidad del entorno se dan la mano para ofrecer al visitante una visión integral del mundo rural sevillano.

    Cómo vivir la experiencia: tradición, gastronomía y paisaje

    Un día en Finca La Capitana es una inmersión en la vida del campo andaluz. El visitante recorre las antiguas dependencias ganaderas —corrales, chiqueros y cuadras—, conoce la historia de la finca y comprende cómo cada generación ha dejado su huella en el paisaje. Después, llega el momento de sentarse a la mesa y saborear la cocina local: gazpacho andaluz, carrilladas al vino tinto o migas serranas servidas bajo la sombra de una encina.

    El viaje culmina con un paseo a caballo por la dehesa, donde el ritmo pausado del animal permite contemplar el horizonte en toda su inmensidad. Pocas experiencias igualan la sensación de cabalgar junto a los toros, respirando el mismo aire que da vida a una de las tradiciones más antiguas de España.

    Y si surge la duda sobre la etiqueta, conviene recordar que cada detalle cuenta: desde el respeto por el entorno hasta la indumentaria adecuada. Por eso, resulta útil conocer algunos consejos prácticos sobre ¿Cómo vestir para ir a los toros en el campo en una ganadería brava en la dehesa sevillana hoy en día?, una guía sencilla para disfrutar de la experiencia con comodidad y estilo.

    Ganadería de reses bravas y sostenibilidad ambiental

    Hablar de toros bravos es también hablar de sostenibilidad. La cría extensiva en la dehesa andaluza contribuye a la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de Europa. El pastoreo controlado previene incendios, favorece la regeneración del suelo y mantiene la biodiversidad. Cada toro bravo, cada vaca madre, forma parte de un engranaje ecológico que equilibra el territorio.

    Además, la ganadería brava representa una fuente de empleo y desarrollo para las zonas rurales, donde las oportunidades económicas son limitadas. El turismo rural vinculado a estas explotaciones ha permitido diversificar la economía, dar visibilidad al mundo del campo y reforzar la identidad cultural de Andalucía. La Finca La Capitana encarna precisamente ese modelo: tradición, sostenibilidad y apertura al visitante.

    El futuro del toro bravo: entre la tradición y la adaptación

    En un contexto social cambiante, la cría del toro bravo afronta nuevos desafíos. La sensibilidad hacia el bienestar animal y la necesidad de compatibilizar la tradición con la sostenibilidad obligan al sector a reinventarse. Sin embargo, en esa reinvención hay esperanza. Iniciativas como las experiencias rurales de Finca La Capitana demuestran que el toro bravo puede ser embajador de una cultura viva y respetuosa con el medio ambiente.

    La promoción de la carne de toro de calidad, los programas de educación ambiental y las actividades culturales en torno a la dehesa abren nuevas vías para mantener viva la ganadería. Ya no se trata solo de conservar una raza, sino de preservar un modo de vida, una manera de entender la tierra y el tiempo.

    El alma de la dehesa vive en Finca La Capitana

    Cuando cae la tarde sobre la Sierra Norte y los últimos rayos de sol tiñen de oro las encinas, los toros bravos regresan a sus querencias. El campo se llena de silencio y majestad. En ese instante, uno comprende que lo que late en Finca La Capitana no es solo una ganadería, sino una parte del alma andaluza: la que respeta al toro, al paisaje y a la historia.

    La importancia de la ubicación y la naturaleza no es un detalle, sino el pilar que sostiene esta forma de vida. En un mundo cada vez más urbano, la dehesa sigue siendo un refugio de autenticidad, donde el toro bravo recuerda que la fuerza y la nobleza también nacen de la tierra.

    Visitar Finca La Capitana no es solo ver toros bravos en el campo; es reencontrarse con una España profunda, serena y orgullosa de su legado.