Biografía de Miguel de Cervantes
Escrito por Erika Arnaiz Sebastián, sábado 23 de noviembre de 2013 , 19:24 hs , en MIGUEL DE CERVANTES Y DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Miguel de Cervantes Saavedra, es el mejor escritor en español. Nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares.

Su padre, era cirujano barbero, por eso, Miguel de Cervantes cuando era pequeño viajó tanto. Tuvo una vida llena de aventuras y de desgracias.

Cuando era jovencito, se marchó a Italia, que fue donde empezó a trabajar al servicio de un hombre de la Iglesia, en la ciudad de Roma.

Más tarde, se hizo militar y participó en la batalla de Lepanto el día 7 de octubre de 1571. En la batalla, fue herido por un disparo, en el brazo izquierdo, por eso, también se le conoce como el Manco de Lepanto.

En 1575 lo vendieron como esclavo en Argel, ya que unos piratas Moros le habían apresado.

Al conseguir la libertad, llegó a España, pero volvió a ser apresado, ya que al ser recaudador de impuestos, dicen que hizo las cuentas de forma ilegal.

En la cárcel, fue donde empezó a escribir el libro más famoso en España, llamado “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de le Mancha”. La primera parte del Quijote, apareció en 1605 por primera vez. La Biblia, ha sido el único libro editado más veces que el Quijote.

Murió el 23 de abril de 1616 en Madrid. Por eso, ese mismo día,  se celebra “el día del libro” y también se entrega un premio muy importante de literatura, llamado “el premio de Cervantes”.



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Comentarios
  • Jorge Rodrigo Moreno el domingo 24 de noviembre de 2013, 16:28 hs
    Gracias, Erika. Buen trabajo.
  • ADRIÁN BRIONES DÍEZ el miércoles 27 de noviembre de 2013, 15:07 hs
    Es  un  muy buen  trabajo.
  • Samuel Sanchez el martes 29 de julio de 2025, 10:09 hs

    Crianza de toros de lidia: tradición, naturaleza y bravura en la dehesa sevillana

    La crianza de toros de lidia representa una de las manifestaciones más emblemáticas y profundas del patrimonio cultural español. No se trata simplemente de un proceso ganadero, sino de un arte vivo que conjuga respeto por la naturaleza, rigor científico y una pasión ancestral por mantener una raza única, el toro bravo. En el corazón de esta tradición late con fuerza la dehesa sevillana, un ecosistema singular donde la crianza se convierte en un delicado equilibrio entre libertad, control y respeto.

    Este entorno, definido por sus extensos bosques de alcornoques y encinas, es mucho más que el hábitat natural de los toros. Es el crisol donde se forja la fuerza, la nobleza y la bravura características del toro de lidia. La importancia de la crianza de los toros de lidia en ganaderías situadas en plena dehesa sevillana radica en cómo estas condiciones únicas influyen directamente en el desarrollo físico y psicológico del animal, asegurando su autenticidad y vigencia para la tauromaquia moderna.

    En este sentido, la experiencia de las visitas a ganaderías toros permite comprender de forma profunda la complejidad y el respeto que conlleva cada etapa del ciclo vital del toro bravo, desde la cubrición hasta su traslado a la plaza.

    La cubrición: punto de partida esencial en la crianza de toros de lidia

    El inicio del ciclo vital de cada toro bravo está marcado por la cubrición, un proceso que no sólo implica la reproducción, sino la planificación meticulosa de la generación futura. En la dehesa sevillana, los ganaderos diseñan este proceso atendiendo a criterios biológicos y ambientales, buscando que los becerros nazcan en las mejores condiciones para garantizar su supervivencia y desarrollo óptimo.

    • Planificación anual: Se programa entre julio y junio para sincronizar el nacimiento con épocas de abundancia y protección natural.
    • Monta natural: Los sementales conviven con los grupos de vacas, fomentando una fertilización natural, sana y controlada.
    • Condiciones ambientales: La cubrición se ajusta para que el parto se produzca en invierno, momento en que la dehesa provee recursos y refugio ideales.

    Este equilibrio se traduce en camadas fuertes, con un temperamento bravo que será la esencia de la lidia. Para quien quiera sumergirse en esta tradición, existen opciones de ganaderia de reses bravas que abren sus puertas al público, mostrando el cuidado y el conocimiento que hay detrás de cada decisión en la crianza.

    El nacimiento en la dehesa sevillana: un momento de vida y naturaleza

    La llegada al mundo del becerro bravo es una escena cargada de autenticidad. La tranquilidad de la dehesa sevillana proporciona un escenario ideal para el alumbramiento, donde las vacas muestran un instinto maternal que garantiza la protección y bienestar de la cría.

    • Instinto protector: La madre consume la placenta para evitar atraer depredadores, una práctica instintiva que maximiza la seguridad.
    • Calostro vital: Las primeras horas son fundamentales para que el becerro reciba el calostro, fortaleciendo su sistema inmunológico.
    • Dehesa como ecosistema: El equilibrio entre refugio y libertad que ofrece la dehesa es clave para el desarrollo físico y psíquico del animal.

    Esta fase demuestra la importancia crucial de la crianza en la dehesa sevillana, ya que el entorno natural imprime en el toro bravo un carácter y fortaleza únicos. Más detalles sobre esta relación esencial pueden consultarse en este blog sobre ganadería, que profundiza en cómo la genética y el hábitat determinan la calidad del toro.

    Lactancia y primeros meses: cimentando salud y carácter

    Los primeros meses de vida del becerro en la dehesa son determinantes para su salud y temperamento. La dependencia de la madre y la inmersión en el ecosistema natural permiten un aprendizaje conductual y nutricional indispensable.

    • Alimentación inicial: Exclusivamente leche materna en las primeras semanas, lo que asegura un crecimiento saludable.
    • Introducción progresiva: Entre la cuarta y quinta semana comienza la ingesta de hierba y agua, adaptándose al sistema rumiante.
    • Transición gradual: La reducción de la lactancia da paso a una dieta que fortalecerá la resistencia y el vigor del futuro toro bravo.

    La crianza en libertad dentro de la dehesa potencia este desarrollo integral, garantizando que el animal posea la fuerza y bravura indispensables para su desempeño en la lidia.

    Identificación y registro: la base del prestigio ganadero

    La trazabilidad es una piedra angular en la crianza del toro bravo. El proceso del ahijado —que implica la asignación de identidad genética y documental— es fundamental para preservar la pureza de la raza y el prestigio de cada ganadería.

    • Crotales en orejas: Instalados al poco de nacer para un seguimiento preciso y riguroso.
    • Destete: Entre los 6 y 7 meses se produce la separación de la madre para fomentar la independencia del becerro.
    • Registro oficial: En el Libro Genealógico, que certifica el linaje y la autenticidad de cada ejemplar.

    Herradero: símbolo y garantía de identidad

    Más allá de un simple marcado, el herradero representa la identidad y el legado de cada ganadería. Este acto, realizado con extremo cuidado y bajo supervisión veterinaria, es una tradición milenaria que refuerza la confianza y seguridad en el mercado taurino.

    • Momento de realización: Entre los 7 y 12 meses, buscando minimizar el estrés y el daño.
    • Valor cultural: Cada hierro es un emblema único que atestigua siglos de historia y prestigio.
    • Funcionalidad: Garantiza la identificación definitiva y evita fraudes en la comercialización y lidia.

    Recría: formación integral del toro bravo

    En esta etapa decisiva, el toro atraviesa distintos estadios físicos y sociales que consolidan su fuerza y carácter.

    • Añojo (1-2 años): Comienzan las jerarquías sociales y cambios hormonales.
    • Eral (2-3 años): Desarrollo de cuernos y fortalecimiento del grupo.
    • Utrero (3-4 años): Madurez muscular y primeras luchas territoriales.
    • Cuatreño (4-5 años): Plena madurez física y jerarquías claras.

    La convivencia en libertad dentro de la dehesa sevillana fomenta una bravura natural que será esencial en la plaza de toros.

    Tienta: evaluación y selección genética rigurosa

    La plaza de tientas es el espacio donde se pone a prueba la bravura y las aptitudes de los futuros toros y vacas reproductoras, asegurando la calidad y continuidad de la raza.

    • Machos: Se someten a enfrentamientos controlados con el caballo de picar para medir su bravura.
    • Hembras: Evaluadas para seleccionar las mejores reproductoras.

    Controles sanitarios: salud y longevidad garantizadas

    El cuidado sanitario es un pilar fundamental en la crianza. Programas nacionales de vacunación y desparasitación junto a una atención veterinaria especializada garantizan la salud y calidad del ganado.

    • Programas de saneamiento: Control de enfermedades específicas como la lengua azul.
    • Atención a lesiones: Tratamientos para heridas y cornadas propias del carácter bravo.

    Apartado y embarque: respeto hasta el último momento

    El proceso de selección y traslado de los toros a la plaza es tratado con máxima profesionalidad y respeto.

    • Apartado: Selección precisa y respetuosa según objetivos concretos.
    • Embarque: Transporte cuidadoso en jaulas individuales para garantizar el bienestar animal.

    La crianza de toros de lidia, patrimonio vivo y esencia de la dehesa sevillana

    La crianza de toros de lidia en la dehesa sevillana es mucho más que una actividad ganadera: es un arte que encierra siglos de tradición, respeto por la naturaleza y un compromiso irrenunciable con la pureza y bravura del toro bravo. Cada ejemplar es fruto de un proceso cuidado con minuciosidad, en un entorno único donde la libertad y el rigor conviven para crear un animal excepcional.

    Para aquellos interesados en adentrarse en este fascinante mundo, las visitas a ganaderías toros ofrecen la oportunidad de vivir en primera persona la pasión y el saber que sostienen esta tradición irrepetible. Solo entendiendo el entorno, la genética y el respeto por el animal, se puede comprender el valor real que encierra cada embestida en la plaza y la vital importancia de mantener viva la crianza en la dehesa sevillana.