UN CAMBIO DE OPINIÓN SOBRE LA NAVIDAD
Escrito por ELISA MIGUEL ROJO, domingo 1 de diciembre de 2013 , 17:52 hs , en TRABAJOS DE LOS ALUMNOS

 

 

En   el  pueblo de Salsipuedes   había  una  anciana  llamada

    Elisa   que  no creía  en  la  navidad  y  de  repente   recibe 

   Una  visita  inesperada  que  le  hace  cambiar  de  opinión.

 

 

 

 

   En  el  pueblo de  Salsipuedes     donde   todo el mundo  era   feliz,  había  una   vieja    cascarrabias,  que  se   llamaba  Elisa,

Ella,  no  creía en  la  navidad. 

Cundo  llego  la  navidad, Elisa  rompió  ,  gritó  mientras la  gente   cantaba   villancicos…

asta  mientras  veía  la   televisión  llamaron  al  timbre  ,  Elisa  fue  a  abrir  y de  repente ¡Era  su   mejor  amiga  de  la infancia! ¡Era  Celia! La  Elisa   se  llevo  una  gran  sorpresa y  la  pregunto   :

 ¿Por qué has  venido?

He    venido  a  hacerte  creer   en la   navidad .

Elisa  se  negó  pero    Celia  la  recordó  que  cuando  era  pequeña  celebraban  la  navidad  juntas  y  las  traían     muchos  regalos.

Elisa  empezó  a  llorar  y  a llorar  y  dijo:

Tienes  razón  la  navidad  es  buena.

Y  así  elisa  cambio  de   opinión 

Y  le  izó  un  regalo a   todo   el  mundo.

 

              Elisa  Miguel  Rojo

 

                      

                                   

 

 

 

 



Agregar comentario
Comentarios
  • Jorge Rodrigo el miércoles 4 de diciembre de 2013, 12:32 hs
    El cuento es interesante, Elisa. Me ha gustado mucho.
    Sin embargo, lo que no me gusta es la forma y las FALTAS DE ORTOGRAFÍA.
    Si tú haces la redacción primero en formato WORD, ahí mismo puedes corregir las faltas y luego, simplemente, copias y pegas. Inténtalo la próxima vez.
  • Alberto Gallego el jueves 11 de septiembre de 2025, 10:33 hs

    Licencia de actividad en naves industriales: la llave maestra de todo negocio

    En este país nuestro, donde la realidad se viste a menudo de normativa, poner en marcha una nave industrial no es simplemente alquilar cuatro paredes, instalar unas máquinas y arrancar motores. No. Aquí hay un protagonista silencioso pero determinante: la licencia de actividad. Ese documento que, aunque muchos lo miren como un trámite engorroso, es en realidad el salvoconducto que decide si un negocio puede alzar el vuelo o quedarse varado en tierra.

    La licencia de actividad: más que un papel, un blindaje legal

    Una licencia de actividad no es una formalidad. Es el certificado de que nuestra nave cumple con lo que exige la normativa urbanística, industrial, medioambiental y de seguridad. Es la diferencia entre abrir las puertas con garantías o hacerlo a expensas de una multa, un cierre cautelar o, peor aún, un accidente laboral. Porque sin licencia, no hay negocio; y si lo hay, es una ruleta rusa.

    Desde el minuto cero, esta licencia garantiza que el espacio elegido es apto para la actividad. Que las instalaciones cumplen con los estándares, que los trabajadores estarán seguros y que el vecindario no sufrirá por ruido, humo o residuos. Sin ella, todo proyecto industrial camina por el filo de la navaja.

    Y si hablamos de Andalucía, y en concreto de la capital hispalense, entonces la licencia de actividad Sevilla se convierte en el epicentro de cualquier plan empresarial. Sin este sello, la nave no es más que un cascarón vacío.

    Licencias, declaraciones responsables y permisos: un puzzle imprescindible

    No basta con hablar de licencia de actividad como si fuera un ente aislado. La realidad es que se entrelaza con otras figuras igual de relevantes:

    • Declaración responsable: ese documento con el que el empresario asegura que cumple con todos los requisitos. Suena sencillo, pero ojo: la administración podrá comprobarlo y sancionar si no es cierto.
    • Licencia de apertura: el permiso que autoriza el inicio efectivo de la actividad. Un paso más allá de la licencia de actividad.
    • Licencia de obras: imprescindible si la nave necesita adaptaciones, reformas o instalaciones específicas para la producción.

    Cada una de estas piezas tiene su peso, y si falta alguna, el engranaje no funciona. Al empresario le corresponde armar el puzzle con rigor y paciencia.

    Licencia de actividad en Sevilla: particularidades y exigencias

    La licencia de actividad en Sevilla está regulada bajo las directrices del Ayuntamiento y el PGOU vigente. El Plan General de Ordenación Urbana clasifica las actividades según su impacto: desde las inocuas hasta las que necesitan evaluación ambiental completa. Y ojo, no todas las naves sirven para todo. El polígono, la parcela y hasta el aislamiento acústico pueden condicionar el permiso.

    Por eso, antes de firmar contratos de alquiler o compra, conviene poner la lupa sobre la normativa local. Evitará disgustos, inversiones malgastadas y el amargo sabor de tener que empezar de nuevo.

    El proceso paso a paso: del plano a la resolución

    Obtener una licencia de actividad no es un paseo. Requiere método, rigor y un calendario claro:

    1. Solicitud inicial ante el Ayuntamiento.
    2. Proyecto técnico, firmado por arquitecto o ingeniero colegiado.
    3. Informe de compatibilidad urbanística.
    4. Pago de tasas, variables según municipio y actividad.
    5. Revisión técnica por parte de la administración.
    6. Inspección in situ de la nave.
    7. Concesión definitiva de la licencia.

    Y si se quieren más detalles, nada como acudir a un blog sobre licencias, donde se desgranan ejemplos prácticos y advertencias para no caer en los errores más comunes.

    Tipos de licencias industriales: elegir bien es vital

    La tipología de licencias marca el camino:

    • Licencia de actividad inocua: para actividades sin riesgo ni impacto significativo.
    • Licencia ambiental: para industrias con emisiones, residuos o ruido.
    • Declaración responsable: para actividades menores que no requieren evaluación técnica previa.

    Equivocarse de tipo es condenar al proyecto a retrasos y sanciones. La elección debe ser quirúrgica, apoyada siempre en asesoramiento técnico.

    Documentación necesaria: la mochila del empresario

    Antes de que el expediente llegue a la mesa de un funcionario, debe llevar consigo:

    • Proyecto técnico completo.
    • Planos detallados de distribución.
    • Certificados de compatibilidad urbanística.
    • Estudios ambientales (si procede).
    • Justificantes de tasas.
    • Certificados de instalaciones eléctricas, contra incendios, etc.

    Sin estos documentos, el expediente es un avión sin alas: no despega.

    Errores frecuentes que cuestan caro

    El infierno de la burocracia se alimenta de los descuidos de los empresarios. Los más comunes:

    • No comprobar el uso del suelo antes de instalarse.
    • Subestimar los plazos administrativos.
    • Entregar documentación incompleta.
    • No contemplar medidas de seguridad desde el inicio.

    Impacto ambiental y sostenibilidad: un examen inevitable

    El estudio de impacto ambiental mide el pulso de la actividad frente al entorno. Analiza emisiones, ruido, consumo energético, uso del agua y gestión de residuos. Si el resultado no es favorable, habrá que poner soluciones: filtros, reciclaje, placas solares, aislamientos acústicos. Porque el negocio no solo debe ser rentable, también sostenible.

    Seguridad industrial: obligación y compromiso

    La seguridad no se negocia. Todo proyecto debe blindarse con:

    • Detectores y sistemas contra incendios.
    • Rutas de evacuación señalizadas.
    • EPI para los trabajadores.
    • Almacenamiento correcto de sustancias peligrosas.
    • Mantenimiento preventivo de equipos e instalaciones.

    Renovaciones, reformas y cambios de titularidad

    La licencia no es eterna. Si se reforma la nave, si la actividad cambia o si hay nuevo propietario, habrá que tramitar de nuevo la autorización. Porque cada modificación altera las condiciones originales y la administración debe refrendarlas.

    Invertir en licencias es invertir en estabilidad

    Las licencias de actividad y todos los permisos que orbitan a su alrededor son mucho más que un sello en un papel. Son la garantía de que la nave industrial arranca con el respaldo de la legalidad, la seguridad y la sostenibilidad. Es un gasto inicial que se transforma en estabilidad, confianza y reputación a largo plazo. Y en el mundo empresarial, eso no tiene precio.