En la cima de una alta montaña vivía una familia tan grande que formaba un pueblo. Todos creían en la Navidad menos el abuelo Tomás que siempre refunfuñaba cuando llegaba la Navidad. Odiaba a todos y siempre estaba enfadado. Pegaba a sus nietos y no hacía caso a nadie caso. Un día llegaron unos alpinistas al pueblo que no tenían ni agua ni comida. Pidieron comida a la familia, pero Tomás se negó y al final se quedaron sin comer. Por la noche los nietos de Tomás: Pedro, Leo, Roberto, Alex, Alejandro, Marta, Felipe, Francisco, David, Daniel, Iker, Fernando, Eduardo, Sara, Eva, María, Belén, Ana y Juan cogieron un poco de la cena y se lo llevaron. Pasó el tiempo y los alpinistas volvieron a su pueblo, el valle Powed. Era él día de Noche Buena cuando la familia, menos el abuelo bajaron de la montaña al pueblo llamado el valle Powed. Los alpinistas también fueron a comprar. Cuando se encontraron con la familia de Tomás les dieron las gracias por haberles dado la comida cada día que acampaban. Cuando volvieron el abuelo Tomás había derrumbado el árbol y quitado y pisoteado las luces y los adornos navideños. La familia se enfadó con él. Tomás se tumbó en la cama y ni cenó ni celebró la Noche Buena. La familia se lo pasó muy bien jugando a juegos tradicionales y contando chistes de lo más graciosos. El abuelo no pudo dormir porque hacían mucho ruido. Cuando levantaron Tomás se enfado con ellos. Era Navidad y estaba que se salía d rabia. Tomás tiró toda la comida toda la comida y se fue al corral a pisotear a las gallinas y al gato. Cuando llegó la cena, Tomás rompió la pecera decorada con adornos navideños y se fue a la cama. La familia no celebró la Navidad porque estuvieron limpiando el desastre. Cuando llegó Noche Vieja Tomás se puso malo y no pudo celebrar Noche Vieja. Tomás estuvo muy contento de estar enfermo porque no le gustaba celebrar Noche Vieja. Por la noche Tomás durmió muy bien porque estuvo en el hospital y no había ruido. Cuando vinieron su familia les mandó que se marcharan vociferando a no más poder. Cuando se curó era el día de la Cabalgata de Reyes y sus nietos le pidieron que fuera pero no les hizo caso. Los niños se lo pasaron muy bien y comieron hasta hartarse de chucherías. Al día siguiente los Reyes Magos trajeron los regalos a todos hasta a Tomás que era un libro de buenos modales. Tomás tuvo tanta rabia que arrancó todas las hojas y las echó al fuego. De tanta rabia se desmayó. Cuando se despertó empezó a dar gritos que se oían hasta en el valle Powed. Empezó a decir palabrotas a todo el mundo y al final murió.
Yo creo que murió de tanta rabia que tenía, bueno así en el cielo aprendió a ser una buena persona y con muy buenos modales.
Autor:Adrián Briones Diez Fecha:30-11-2013