Zoe tiene una casa muy alta. Cuando entras vuelas literalmente. Tiene globos por todo el tejado. Ocurrió así:
Zoe iba con su bici nueva a clase. La dejó candada a la valla, y entró al colegio. Eran las ocho y media y todavía tenía sueño. Mientras el profesor explicaba la lección, Zoe miró por la ventana y vio una casa voladora. Se frotó los ojos una vez, dos veces hasta que se dio cuenta de que no estaba soñando. Mariano, el profesor le preguntó que miraba y ella respondió que ocho.
Cuando salió se clase, volvió a ver la casa, pero al verla completamente, se dio cuenta de que volaba porque tenía globos. Cogió rápidamente su bici y la siguió. Cuando llegó, le resultaba familiar el sito donde se encontraba. Fue a meter la llave en la cerradura y vio que no había cerradura.
Empezó a gritar para que su madre saliera por la ventana. Por fin salió su madre. Zoe la preguntó como entrar. Ésta le dijo que ahora bajaba una escalera. Al subir, notaba como se tambaleaba la casa y le preguntó a su madre.
- ¿Por qué la casa vuela?
- Quería cambiar la estética de la casa – contestó su madre.
- ¡Qué tontería!- dijo Zoe- si no hay nada cambiado, solo que la casa vuela.
Intentó subir pero la casa se tambaleaba demasiado y Zoe no podía subir. Cuando lo consiguió, se fue a su habitación.
Al día siguiente su madre le dio un regalo. Cuando le abrió, inesperadamente supo que era un casco y un paracaídas. Su madre le explicó que era para poder ir al colegio sin ningún peligro.