Después de atravesar varios pueblos la abuela llego al claro de un pequeño bosque en el que encontró al gorrión herido en el suelo porque un buitre lo había atacado para arrebatarle sus tierras repletas de de cultivos de arroz. La abuela al verle al verle lo recogió con las manos y lo llevo al pueblo más cercano que vio, donde encontró una pequeña casa abandonada. La abuela se alojó allí algún tiempo hasta que vio que el pájaro podía andar.
La abuela determinó que era mejor llevarse al pájaro a su casa para cuidarle con la ayuda de sus nietos. La abuela salió ese mismo día hasta llegar dos días después. Al llegar construyó una pequeña casa para pájaros para su pequeño amigo, que se quedó con ella para siempre porque aquella señora amaba a los pájaros y en especial a ese.
Martes 21-4-2015
Elisa Miguel Rojo.