En mi pueblo es invierno, las nubes lloran sin cesar y por todas partes salen setas de colores.
En invierno, la fuente del parque ya no puede llorar mucho más.
En el prado de mi pueblo, los árboles se tiñen el pelo.
El parque se queda vacío, descansando del jaleo del verano.
En invierno, a los duendes gusta hacer helados y hacen tantos que, se les escapan de las manos.
Por la mañana, aparecen grandes espejos para que las nubes se reflejen y vean sus largas melenas.
La nieve llega a las calles de mi pueblo y como es tan perezosa duerme y duerme.
Las casas de mi pueblo en invierno tienen los tejados de merengue y algodón de azúcar.
En mi pueblo usamos en invierno mantas y jerséis que dan grandes abrazos.
El invierno te invita a venir a mi pueblo a su casa blanca.
Me ha gustado mucho