Yo estaba en la cama, me levanté para ir al cole, desayuné y….! Me di cuenta que sólo quedaba un minuto para entrar en clase! Durante un segundo pensé en que si quedasen aún unos cuantos minutos antes de entrar… En ese mismo instante vi como el reloj retrocedía ¡cinco minutos! Justo después de esto, salí como una bala hacia clase.
Cuando salí de clase y se lo dije a Leti, Daniel y Adrián. Ellos me contestaron que cuando se despertaron también les pasaron cosas raras. Adrián podía convertir todo lo que quería en verde, Daniel era como imán y Leti corría de un lado a otro, sin cansarse.
Nuestros compañeros de clase también tenían poderes y cuando llegué a casa…! Mi prima estaba volando en el aire! Ella se reía mucho, pero cuando bajó…! Se cayó de morros!
Me fui a mi habitación y me pregunté ¿por qué todos los niños tienen poderes? En ese momento llamaron a la puerta era el señor Sarmiento. Yo deseé no haber abierto la puerta, entonces pensé durante un pequeño segundo, si hubiese abierto la puerta… Entonces volvió a ocurrir, se volvió a atrasar el reloj cinco minutos. Cuando volvió a llamar, yo no abrí, de manera que pensó que no había nadie.
Unos años después, Daniel, Leti, Adrián y yo, formamos un equipo muy bueno para atrapar ladrones. Daniel cuando robaban, cogía lo que habían robado y lo devolvía. Leti corría con una cuerda y los ataba. Adrián les pintaba la cara de verde para distraerles y así les cogíamos. Y yo si no nos daba tiempo a coger el ladrón, atrasaba el reloj y les cogíamos sin problemas.
¡Formábamos un equipo fantástico!