Era una mañana cualquiera y me desperté, desayuné y me fui al colegio andando. Me encontré con mis amigos Daniel, Alejandra y Leticia y todos juntos nos metimos en clase.
No había ningún problema hasta que sonó el timbre y salimos al patio. Como siempre saltamos a la comba y cuando me tocó a mí, al primer salto, apareció delante de mí un volcán de mi altura, que soltaba agua como si fuera un surtidor. Nos asustamos, pero luego nos dimos cuenta de que el agua manaba del volcán y caía dentro.
Dentro había unos peces preciosos de diferentes colores. Volví a saltar y apareció un volcán igual. Fuimos a ver al padre de Daniel que era científico.
El me hizo una radiografía y descubrió que dentro de mi cuerpo tenía neutrón. Me prohibieron volver a saltar.
A la mañana siguiente me desperté y vi al padre de Daniel y unos científicos. Ellos me habían sacado el neutrón.