En una noche fría de Navidad, Gerardo, un hombre alto y valiente, tenía cinco hermanos: Andrés el hermano mayor, Daniel el fuerte, Nacho el hermano menor, Alejandro el nervioso y David el inteligente se iban a juntar por primera vez. Su padre era Juan, un hombre deportista y muy engreído. Su madre se llamaba Serafina, una mujer tímida pero muy lista. Agustín, Rodolfo, Raúl y Álvaro eran unos vampiros chupasangre y Casper era un fantasma muy fastidioso.
Era Navidad y Juan quería juntar a todos sus hijos por primera vez, pues siempre se estaban peleando. Más tarde llegaron todos y empezaron las peleas.
Se habían reunido en la casa más escalofriante de Burgos y pronto Casper se despertó por el griterío de la familia. Este les estuvo observando un rato. Después de un rato avisó a Agustín, Raúl, Rodolfo y Álvaro y estos expiaron a la familia. Estos llegaron a la conclusión de asustar a la familia: primero empezaron a hacer ruidos escalofriantes. Luego los vampiros y Casper se presentaron ante la familia aterrorizada.
La familia asustada se juntó en una habitación para trazar el plan para vencer a los monstruos.
Cuando les cogieron cenaron todos juntos y ahora todas las noches cenan en la misma casa.