Después de siete días gobernando la isla, Sancho Panza no estaba a gusto.
Estaba harto de distar leyes. Sin embargo, no le daban de comer.
Por si fuera poco, aquella noche le gastaron una broma pesada.
La broma consistía en lo siguiente:
Vinieron unos hombres y le dijeron que habían venido unos malvados a destruir la isla.
De manera que, le dijeron que se atara dos escudos para que no le destruyesen ni a el
ni al castillo.
Sancho Panza no aguantó más dejó de ser gobernador, les dio algunas razones:
No estaba preparado para gobernar, sino para arar, cavar…
De manera que Sancho cogió a su burro y le dijo:
-Cuando no pensaba en nada, solo pensaba en ti.
-Cuando he estado contigo han sido los mejores momentos de mi vida.
De manera que Don Quijote le esperó en la puerta, Sancho cogió su burro y se fue con
Don Quijote. Más tarde, se encontraron a un señor llamado Roque Guinart con
cuarenta bandoleros.
Finalmente, Don Quijote, Sancho Panza y Roque Guinart fueron a su destino
llamado Barcelona.