La A es la Torre Eiffel del abecedario.
La B son las gafas de la abuela perdidas en el corral.
La C es un boomerang que se ha chocado un montón de veces.
La D es un trasportador útil para las mates.
La E es un rastrillo con los dientes estropeados.
La F es el siete dado la vuelta para poder ser pluriempleada.
El garucho de la vendimia nos indica que es la G.
La H es un banco que los romanos construyeron.
La I es el bastón que el peregrino lleva a Santiago.
La J es un saxofón que suena como un trombón.
La K es un ángulo complementario.
La L es un picaporte que abre el país de nunca jamás.
La M son dos corcheas enamoradas.
La N es una atracción de lo más divertida.
La Ñ es una ene con boina.
La O es un chupa-chups sabor a limón que no encuentra su palo.
La P es un martillo que golpea sin parar.
La música suena en la Q del tocadiscos.
La R es un nueve que está viejo y lleva cachaba.
La S es el camino que nos lleva hasta la ermita.
La T es una escoba con la que limpiar mola.
La U es una comba con la que en recreo saltamos.
La V es la luz que proyecta una linterna en la oscura noche.
La W es una empalizada de concursos de caballos.
La X son unas tijeras que usa la costurera.
La Y es una copa de champán en las navidades.
La Z es una regla de carpintero que se recoge fácilmente.