Los grifos se representan con orejas puntiagudas o plumas en la cola.
Un mito reciente cuenta que se encargaban de velar para proteger el oro. La razón de esta vigilancia podía deberse al deseo de proteger a sus crías, puesto que ponían el nido en las montañas de las cuales se extraía el preciado metal.
Los romanos simplemente lo utilizaban para decorar. El motivo del grifo se utilizaba en los primeros tiempos del cristianismo.
El grifo también es un emblema en la heráldica, como el unicornio, el león, el hipogrifo y otros.
Una hipótesis plantea que el origen real del grifo se encuentra en los fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae.